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6 DE ENERO DE 1999

Esta es la fecha: 6 de enero de 1999. A los 7 años los Reyes Magos me hicieron el regalo que, sin saberlo, cambiaría mi vida para siempre: ¡UNA CAJA DE MAGIA!

Durante toda mi infancia siempre tuve algún artilugio o unas cuantas cartas en mis manos y nunca dejé de ensayar y de aprender nuevas ilusiones. Desde bien pequeño entendí el sentido de la palabra MAGIA, yendo más allá de una chistera, una varita y hacer un «truco» a alguien. Supe valorar cada juego, cada secreto y cada vez fui entendiendo el trabajo inmenso que, durante décadas, los grandes magos de la historia habían estudiado para conseguir realizar efectos imposibles.

Unos años más tarde, en un especial de Navidad en la televisión, descubrí al mítico David Copperfield. Recuerdo perfectamente como, con toda la emoción causada por las increíbles ilusiones que acababa de ver, dije: «¡quiero ser mago!». Así que os podéis imaginar qué pedí de nuevo en las siguientes Navidades.

AVANCEMOS 8 AÑOS

La llegada de internet a mi casa y el descubrimiento de Youtube fue el impulso que necesitaba en ese momento. Me pasé horas viendo vídeos de los grandes magos de la historia. Recuerdo perfectamente como, recordando esos especiales de David Copperfield, me puse a buscar y a ver todos los vídeos que encontraba de él y los vi cientos de veces.

Pero no me quedé ahí. Os puedo garantizar que con 15 y 16 años vi todos los vídeos que encontraba donde Juan Tamariz y Pepe Carrol realizaban sus increíbles efectos de magia en el mítico programa «Un, dos tres… Responda otra vez» y otros programas de la época. Así como videos de maestros como René Lavand, Lance Burton, Paul Daniels y cientos de jóvenes magos que no conocía y descubrí gracias a Youtube.

Además, en ese momento la magia cada vez era más visible en televisión y este fue un aliciente más. En esa época, solo viendo cientos de vídeos una vez tras otra, empecé a encontrar mis métodos parar conseguir hacer esos efectos o con resultados similares. Y ahí, empecé a aprender a realizar efectos un poquito más potentes y profesionales.

Con 16 años pensé: «¿y si busco en Google tiendas de magia por España a ver si hay alguna?». La verdad, sin mucha esperanza (no sé por qué). Pero para mi sorpresa, no solo había tiendas de magia, ¡sino que había una en mi ciudad! Ese fue el momento definitivo que marcaría mi vida para siempre. Me compré un libro de magia y mis primeras barajas profesionales. Ya no había vuelta atrás.


FORMACIÓN

En los siguientes años me convertí en un auténtico «devorador de libros». Y aunque me centré en los libros de magia con cartas, que era lo que más me apasionaba en ese momento, también empecé a aprender mis primeros juegos profesionales de salón, dirigidos a un público más grande, con la plena intención de ir construyendo mi primer espectáculo de magia.

También descubrí las asociaciones de magia, donde los magos se juntaban para compartir sus conocimientos y experiencias, así como las conferencias y los congresos de magia, donde los mejores ilusionistas nacionales e internacionales compartían sus últimas invenciones y sus secretos. Os puedo garantizar que no me perdía una. Haciendo cuentas para escribir estas palabras, he podido asistir a más de 150 conferencias, 15 congresos por España y Europa y más de una decena de seminarios de magia, cartomagia, psicología, neurociencia e hipnosis. Por lo que no he parado de formarme desde aquel 6 de enero de 1999.

Por todo esto, ese hobby de aquel niño ilusionado viendo la televisión, se convirtió en mi oficio y mi pasión. De hecho, la continua formación y el esfuerzo y constancia de mis ensayos hizo que en 2009 hiciera mis primeros espectáculos de magia en varias comuniones.

PRIMERAS APARICIONES EN TV

En 2015 tuve mi primera aparición en televisión. Lo recuerdo perfectamente. Hice uno de mis ilusiones favoritas al cantante de Seguridad Social, José Manuel Casany. Desde entonces, he podido contar más de 250 apariciones en diferentes canales de televisión locales y nacionales hasta el día que escribo estas líneas.

Gracias a esto, he tenido el inmenso placer, no solo de hacer que mi magia llegue más lejos a través de la pantalla, sino de mostrar mi magia a gente a la que admiraba y admiro muchísimo. Siempre con la principal premisa de crear un juego dedicado, personalizado y específico para cada uno de ellos, intentado que se sintieran lo más a gusto posible y que disfrutaran al máximo nivel de mi magia.

Cantantes, actores y actrices, futbolistas, grandes empresarios… Es un inmenso placer decir que he podido hacer magia a gente como Andrés Iniesta, Francis Montesinos, Jorge Sanz, Fernando Esteso, Pablo Carbonell, Eva Isanta, José Luis Gil, Teté Delgado, Carlos Santos, Paco Arévalo… Y así, por suerte, podría llenar unas cuantas líneas más.

PROFESOR DE MAGIA E ILUSIONISMO

El estudio y la formación constante en diferentes ramas de la magia hizo que en 2017 (y hasta la actualidad) me eligieran como el profesor de La Varita Magic Academy, la escuela de magia más prestigiosa de Valencia. La Varita Magic Academy es propiedad de La Varita, una de las principales tiendas de magia de España y, cosas del destino, la tienda donde compré mis primeras barajas.

Año tras año, he tenido el placer de formar a cientos de nuevos y nuevas ilusionistas que han pasado por nuestra escuela. Alumnos y alumnas desde los 8 hasta los 75 años que, por hobby, pasatiempo o con el objetivo de convertirse en un mago o maga profesional, me han elegido como su tutor.

Ver su progreso en cada clase y verlos actuar en las galas finales es para mí una de las mayores satisfacciones de mi vida. ¡Quién me iba a decir que acabaría formando yo a nuevos ilusionistas! Por supuesto, que me hayan elegido a mí para una tarea tan especial y delicada como esta, es todo un honor.

TRAYECTORIA

Desde los 20 años pude vivir únicamente de la magia, algo que los conocedores de este mundo saben lo difícil que es hoy en día. De todos modos, nunca dejé de estudiar y en el 2017 me gradué como Ingeniero Informático en la Universidad Politécnica de Valencia. De hecho, a día de hoy compatibilizo ambas profesiones.

El paso de los años, con todo el trabajo previo y con toda la experiencia obtenida en cada espectáculo, me ha dado el privilegio de actuar en cientos de lugares. Salones, restaurantes, teatros, fiestas en pueblos, eventos de empresas, comuniones, bodas… Y un largo etcétera.

Sin duda, para mí lo mejor de todo esto ha sido llevar mi magia a cualquier lugar, hacer que llegue a miles de personas y la satisfacción de sentir que cientos de personas confían en mí y en mi trabajo eligiéndome para dar el toque mágico que buscan en sus eventos.

La magia, para la mayoría de gente, es simplemente un entretenimiento, un hobby o algo pasajero. Por contra, para mí y para los amantes de este mundo, es una forma de vida. De hecho, una vez que te adentras en el bonito mundo del ilusionismo, la magia cambia tu vida en todos los sentidos.

A corto plazo no fui consciente, pero con el paso de los años descubrí como había mejorado, no solo mi habilidad manual, sino también mis habilidades comunicativas, la puesta en escena, el control de la atención, de los nervios, la psicología que envuelve un show de magia y todo tipo de habilidades esenciales en espectáculos de este tipo.

Gracias a la magia, pasé de ser ese joven vergonzoso e introvertido, al joven (o ya adulto) extrovertido y con ganas de asombrar y hacer pasar un rato increíble y divertido a cualquier persona con mi magia.


Siempre he dicho que los ilusionistas tenemos uno de los trabajos más bonitos del mundo. La sensación cuando vemos las caras de asombro y felicidad, tanto de pequeños como de adultos al ver una de tus ilusiones, es completamente indescriptible. E incluso, cuando en muchas ocasiones ves que esos aplausos se transforman en silencios y en bocas abiertas, sin saber qué decir ni cómo reaccionar ante el auténtico milagro sinsentido que acaban de presenciar. Esta es, sin duda, una de las mejores sensaciones que un mago puede vivir en un espectáculo.

El público para nosotros lo es todo. De hecho, sin él no habría ilusionistas ni espectáculos de magia. El tiempo que te dedica cada espectador y sus aplausos son nuestra principal fuente de energía para seguir formándote y querer seguir dando lo máximo de ti en cada show. Sin olvidar las palabras que te dedican al final de un espectáculo, las felicitaciones, las fotos o los autógrafos que te piden. Incluso los abrazos de los más peques pidiéndote que no te vayas. Todo esto, comprimido en una sola palabra, es para mí el significado perfecto de la palabra MAGIA.


Xemi Galindo.